Después que la poderosa cadena estatal CCTV informara en marzo del 2013 que la
marca Volkswagen en China estaba vendiendo autos con la caja de cambios
defectuosos; el
trabajo para Catherine Peng, vicepresidenta de Relaciones Públicas de
Volkswagen Group China, con a penas dos meses en el cargo, se hizo vital.
Peng fue
la artífice en la recuperación de la
imagen y confianza de Volkswagen dentro de la sociedad china. Atacar el
problema no fue tarea fácil ya que vivimos en una sociedad hipercomunicada,
donde las empresas tienen que ser cuidadosas con la imagen que trasmiten porque
ahora prima la integridad de los mensajes y su correspondencia con la realidad
antes que el grafismo corporativo que se pueda realizar.
El manejo de la crisis realizado por Peng pudo haber tenido un final desastroso
debido a que reconoció el error de Volkswagen a nivel nacional y además sacó de circulación cerca de 380 mil
autos. Estas medidas pudieron ocasionar
un clima de desconfianza entre sus clientes; sin embargo, no fue así.
A finales del 2013, Volkswagen aumentó sus
ventas, superando en un 16.2% a su principal competidor General Motors. Además, demanda de vehículos de este primer
trimestre del año alcanzó un 17% a comparación del primer trimestre del 2013.
Esto sirvió como precedente para que empresas como
Apple siguieran
adoptando este tipo de políticas que trasmiten seguridad al consumidor ; de que
una gran marca no va a arriesgar su reputación comercializando un mal producto.
En definitiva, conseguir mantener la reputación
de una marca no es fácil. Requiere de coherencia entre la imagen y la cultura
corporativa que se maneje. Esa es una de las cuestiones más importantes de la
estratega empresarial y de la base para toda política de comunicación de
crisis.
MariaEugenia Arrunategui, alumna de Mercados de la Comunicación
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