martes, mayo 31, 2005

¿Qué le ha pasado a la audiencia dominical?

El menú televisivo de los domingos peruanos ha cambiado. Desde hace un mes, la cena dominical, que antes estaba integrada por platos fuertes –elaborados en base a periodismo político y de investigación como ingredientes fundamentales–, ha sido sustituida por condimentados y edulcorados reportes a personajes de nuestro conocido Chollywood.

Este salpimentado televisivo que mezcla información y entretenimiento no es novedad. Por el contrario, siempre ha constituido un porcentaje que no rayaba en lo narcótico. Sin embargo, ahora la farándula peruana ha pasado a ser el plato principal de nuestros domingos por la noche y se ha metido en nuestras camas, para arrullar nuestra memoria política y la conciencia.

Todo empezó con el cocinero de Panorama, quien incrementó el ‘ajinomoto de modelos y farándula’. La ruptura matrimonial entre de la modelo Viviana Rivas Plata y Roberto Martínez son ‘algunas de las marcas de sazonadores’ que desfilan los domingos. La receta de Panorama ha dado resultado y el alza en sus índices de audiencia es imparable desde hace cinco fines de semana.

Los directivos de América Televisión han respondido con más Show y menos periodismo de investigación. El desafío del Inca ha desbancado, desde el 22 de mayo a Raúl Tola y su equipo de Cuarto Poder. El nuevo horario de este programa: las siete de la noche, lo sitúa junto a la Ventana Indiscreta, que se transmite a partir de las diez de la noche, en horarios de difícil consumo y menor rentabilidad.

Más allá del tacu tacu norturno de la pantalla o de la irrupción del nuevo mosaico de cholas en la televisión, la pregunta es ¿A dónde se fue el capítulo pensante de la audiencia dominical? Parece que ninguna receta puede competir con el ansia evasiva que edifica el nuevo raiting. No se trata sólo de un cambio en la audiencia, sino que la alicaída conciencia política del peruano parece haberse ido, posiblemente para no volver jamás.