viernes, agosto 27, 2021

Los gigantes tecnológicos toman medidas frente a situación de Afganistán

 


Las mayores empresas de redes sociales se enfrentan a una disyuntiva: qué hacer con las cuentas talibanes que han comenzado a surgir para difundir su mensaje. El peso de la decisión recae en el reconocimiento que les darían a los talibanes como Gobierno oficial de Afganistán. Los propios gobiernos internacionales también están lidiando con esta resolución.

La estrategia de los talibanes busca aparentar ser un gobierno legítimo en las redes sociales para ganarse la confianza de los afganos. A su vez las empresas de Internet están tratando de averiguar cómo manejar esta nueva situación.

Facebook ha prohibido durante años las cuentas talibanes y afirmó que seguirá eliminándolas junto a las publicaciones pro-talibanes. YouTube dijo que también eliminaría las cuentas operadas por el grupo. Twitter no presentó una declaración en específico, pero aseveró a la CNN permanecer alertas para evitar publicaciones que infrinjan la política de evitar los discursos de odio u incitaciones a la violencia.

Sin embargo, a pesar de estas medidas, se han encontrado ejemplos de más de 100 cuentas y publicaciones pro-talibanes en las redes sociales que evaden esas prohibiciones.

Dos redactores de The Washington Post señalaron que, debido al alto grado de habilidad, “los analistas creen que al menos una empresa de relaciones públicas está asesorando a los talibanes”. Esto podría explicar cómo los talibanes evitan ser encontrados, cambiando la ortografía dentro de sus hashtags o términos clave, y usando aplicaciones encriptadas como Telegram y WhatsApp.

Según el director del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council, Graham Brookie, los talibanes “saben que en el escenario mundial, necesitan presentar una cara pública responsable para ganar más legitimidad”.

Por RicardoIván Checa Lozada, alumno de Mercados de la Comunicación

Alianza de Shopify y TikTok para crear “la próxima generación de comerciantes”

 


Shopify es una empresa canadiense de comercio electrónico que permite diseñar tu tienda online al gusto sin necesidad de tener conocimientos de programación. El pasado martes 24 de agosto, la empresa introdujo pestañas de compras en TikTok para vender en la plataforma, a través de una nueva experiencia de compra en la aplicación con el nombre de TikTok Shopping.

Los comerciantes que usan Shopify vinculada con una cuenta de TikTok For Business tendrán la opción de agregar una pestaña de compras a su perfil de TikTok y sincronizar su catálogo de productos para crear un escaparate que se vincule directamente a su tienda en línea para completar la transacción de pago.

Shopify y TikTok también se han asociado para llevar enlaces de productos a los comerciantes de Shopify, que se pueden usar para etiquetar productos en publicaciones orgánicas de TikTok. Los consumidores podrán comprar en la tienda o hacer click en un producto etiquetado en el video de TikTok de un comerciante.

Los canales de comercio social de Shopify han aumentado un 76% en febrero de este año, en comparación con el mismo período de 2020. Kaz Nejatian,  vicepresidente de Shopify,  ha catalogado a los creadores como “la próxima generación de comerciantes”.


Esta nueva idea tiene como rostro principal a la empresaria Kylie Jenner, propietaria de Kylie Cosmetics, quien creó su negocio en las redes sociales. “La capacidad de comprar mis productos directamente en estas plataformas es muy importante porque ahí es donde nuestra audiencia va primero”, comenta Kylie..

La prueba piloto estará disponible en Estados Unidos, Reino Unido y empresas selectas de Canadá.

TikTok busca su expansión en el comercio electrónico, y lo está logrando. Con la integración de las compras en su plataforma TikTok busca desafiar a las redes con trayectoria en el social commerce, como Facebook. TikTok también está construyendo su propia plataforma de desarrollo de realidad aumentada. Se están probando herramientas vinculadas a TikTok Effect Studio, actualmente en versión beta.

Por Mayra Alejandra Adrianzén Concha alumna de Mercados de la Comunicación