Una entrevista en Wall Street Journal con John Malone, presidente de la junta Directiva de Liberty Media Corp, una empresa que posee canales de televisión por cable, pone sobre la mesa una visión muy interesante sobre cómo será la televisión del futuro.
De la entrevista, realizada por Walter Mossberg, columnista de tecnología del Journal, con motivo del evento All Things Digital, me quedo con 4 ideas sugerentes:
- 1 El servicio vendrá de cualquier parte, de cualquier unidad de memoria o fuente en vivo, a través de muchos canales de distribución y podrá verse usando múltiples aparatos.
- 2 La idea de los canales ya se está desintegrando. Las personas que tienen videograbadoras personales ya no piensan en términos de canales, piensan en términos de programas.
- 3 [Cuando apareció internet] La industria nunca hizo exitosamente la transición para ofrecer contenido único o de mayor calidad a través de la Web, por lo que el público tuviera que pagar.
- 4 La idea de los operadores de televisión es introducir el servicio de pago en internet y que esto vaya amarrado a la calidad de la oferta.
Sigo echando en falta una visión de negocio que cuente con los operadores de telefonía, que son los auténticos nuevos gigantes del sector, aunque no declarados. Máxime cuando las recientes estadísticas presentadas por Peter Kafka, también del Journal, muestran que el público tiene una abierta preferencia por el video en internet a través de su ordenador, en un 35%, como segunda opción después de la televisión y no para piratear el contenido precisamente. El consumo es motivado por una mayor oferta de programas, nada que ver con canales específicos, algo que destruye la teoría de la marca que muchas empresas tradicionales esgrimen como el santo grial de los medios.
En su momento, cuando le pregunté al Consejero Delegado de Unidad Editorial, Arturo Fernández-Galiano, sobre este tema, respondió que la relación "dependería de la actitud con la que vengan los operadores de telefonía". Una afirmación que me dejó un sabor a que los medios tradicionales no saben cómo asumir a sus nuevos vecinos. No tienen claro si van a pactar alianzas o no.
De seguir así terminarán convertidos en unas productoras de contenido más y los operadores se llevarán la mayor tajada del sector. Queda por verificar si este incremento de compradores de contenido repercutirá en un aumento en el precio para las productoras independientes. De momento no está muy claro que esto ocurrirá.
Además de los retos que este tipo de conclusiones representa para la industria de la televisión, también se debe considerar la realidad de la multiplicación de la oferta y de la inclusión en el espacio mediático de otro tipo de actores como Youtube, un auténtico devorador de ancho de banda y el líder actual del sector que mejor ha interpretado las demandas de los usuarios actuales y potenciales. Sin mencionar al nuevo gigante, Hulu, nacido de una operación combinada entre NewsCorp y Disney.
Si a esto le sumamos las predicciones de ZenithOptimedia sobre la caída en 5,5% de la inversión publicitaria mundial en el sector, entonces nos encontramos ante un panorama que se vuelve cada vez más hostil para la televisión tradicional, que resiste con dignidad, pero no lidera los cambios en su rubro. Mientras esto sucede en el soporte tradicional, la inversión publicitaria en la Televisión por Internet crece a un ritmo de 50% anual, lo que refuerza mi impresión de que se debe pactar con la industria de la telefonía.
Esto ya está pasando en América Latina, donde los principales proveedores de contenido, concentrados en México y Brasil, han desarrollado ciertos pactos que les permitirán multiplicar su oferta de plataformas para visionado, además del buen pronóstico de crecimiento para el sector en general, esbozado por Cisco. Por lo visto, no basta con invertir en televisión digital, sino que es imprescindible llegar a acuerdos con la industria de la banda ancha para encontrar salidas reales y prometedoras para el sector.
Lo que es un hecho es que a las televisoras se les acabó el reinado y comienza el reinado de las operadoras.
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