Por José Luis Requejo Alemán
El prestigioso investigador Robert Picard asegura que "los periodistas estamos creando tan escaso valor para la sociedad, que nos merecemos los bajos sueldos que percibimos". Para cambiar esto existen distintas alternativas. Una de ellas es incrementar el nivel de profesionalismo de nuestras coberturas. Precisamente aquí nos puede servir el uso del método científico para el trabajo periodístico. Una sugerencia sencilla, pero que puede transformar una información cualquiera en un material digno de colección.
El prestigioso investigador Robert Picard asegura que "los periodistas estamos creando tan escaso valor para la sociedad, que nos merecemos los bajos sueldos que percibimos". Para cambiar esto existen distintas alternativas. Una de ellas es incrementar el nivel de profesionalismo de nuestras coberturas. Precisamente aquí nos puede servir el uso del método científico para el trabajo periodístico. Una sugerencia sencilla, pero que puede transformar una información cualquiera en un material digno de colección.
Lo más difícil de este tipo de afirmaciones no es convencerse uno mismo, sino disuadir a los actuales estudiantes de comunicación de que aquí hay algo que, bien empleado, puede distinguirlos “del resto; del montón”.
Elijo para esta demostración la técnica de la observación. Se trata de una técnica que está de moda en la televisión, para la realización de distintos tipos de programas, de viajes, de cocina, etc. Al parecer una técnica que también cuadra con las cuentas de resultados de los grandes medios de comunicación. Basta con visitar la web de Travel and Living para comprobar su utilidad y sus prestaciones en programas de televisión que privilegian este método como espectáculo.
Cómo técnica cualitativa, "la observación exige la interacción social entre el investigador y los informantes (o el objeto de estudio), en el contexto de éstos últimos, durante largos períodos de tiempo, recogiendo datos de modo sistemático y no intrusivo." A diferencia de lo que ocurre con otros diseños metodológicos, la observación debe ser flexible, tanto antes como durante el proceso real.
En mi reciente visita a la web de National Geographic (NG), he podido tomar material para reconstruir esta lección sobre este método. Se trata de un trabajo de archivo, con cierta “solera”, pero en el que se detallan las características del trabajo de los fotógrafos de NG. El material me gusta por lo clásico, por lo bien editado y por los ejemplares testimonios que –créanme– recogen la esencia no sólo de esta técnica aplicada al reporterismo, sino el comportamiento de respeto y pasión por lo observado, que deben esgrimir quienes lo elijan como el mejor método de aproximación a la realidad.
El método de observación tiene cuatro características esenciales, que intentaré ejemplificar con la ayuda de los videos de NG. He organizado el material de la NG siguiendo el orden sugerido por las características del método de observación simple. Cada pieza de video añadida es digna de colección.
1. La observación es sistemática
Esto significa que quien desarrolla una observación debe seguir una serie de procedimientos susceptibles de ser replicados por otro investigador. La sistematicidad viene dada en este caso por la reiteración de las visitas a los escenarios naturales y por el prolongado tiempo de permanencia del investigador en el campo. Para mostrar esta característica he seleccionado dos videos: el primero relacionado con la fotografía submarina, donde el fotógrafo David Doubilet permanece, sistemáticamente, 100 días al año debajo del agua durante más de doce años para conseguir sus imágenes, además de preparar cuidadosamente cada inmersión con distintos tipos de cámara para capturar las imágenes en el momento que se producen y evitar –en la medida de lo posible– que los acontecimientos le sorprendan.
En el Segundo caso, el fotógrafo Chris Johns permanece en el escenario cerca de 12 años para capturar la majestuosidad de los leones de África. Para equiparar sus tomas a lo que ve, percibe o siente que es el mundo de estas fieras y que es su deber retratar.
2. La observación tiene lugar en escenarios naturales
A diferencia de la observación que se desarrolla en los laboratorios, también llamada "observación experimental", la sistemática o la participante, más propia del periodismo, tiene lugar en escenarios naturales coparticipando de pequeños grupos, comunidades o instituciones, personas, momentos instantes.
Algunas veces lo natural puede coincidir con una oportunidad casual. Como la imagen que explica el fotógrafo William Albert Allard, quien traspasa claramente las fronteras de la metodología y usa su posición privilegiada de observador para cambiar lo que ve, su escenario natural, para favorecer al protagonista de su imagen, un pequeño pastorcillo del norte de Perú, a quien la imagen le permitió recuperar a sus ovejas muertas y salvar la economía de su familia.
O la imagen capturada por el fotógrafo Reza, quien encuentra en esta niña de las calles de Sarajevo el retrato perfecto de la crueldad de la guerra de Bosnia Herzegovina (1992-1995). El resumen preciso que se necesita su historia.
3. En la observación los investigadores tratan de comprender a las personas desde el propio marco de referencia de los observados.
El caso del fotógrafo Mark Thiessen, en el video siguiente, es singular. No sólo ha fotografiado durante más de 20 años los incendios forestales más importantes que han azotado los Estados Unidos, sino que esta cobertura le llevó a hacerse un bombero forestal certificado, en solidaridad con su equipo. Y, cada verano, se dedicó a registrar las vivencias de su equipo, que luchaba en primera línea contra el fuego.
Un prolongado tiempo de observación, más una aspiración sincera del investigador a mostrar el lado humano de la información puede ser una mezcla justa para descubrir los entresijos de la profesión de sus fotografiados. La empatía conseguida contribuye a saber darse cuenta de cuándo uno está ante historias grandes, sin que el investigador se haga el protagonista o la estrella de la historia.
4. En la observación se hace uso de códigos de observación más reducidos
A diferencia de la encuesta estadística, en la que hay que registrar extensas listas de preguntas, en la observación directa sistemática se procura capturar una expresión, un gesto, constituye una unidad de comportamiento que cobra una especial importancia por su escasa reiteración en la realidad. La percepción del observador resulta crucial para encontrar esos momentos más propicios para ser testigo de estos detalles. Esto no sólo puede tardar sino poner en peligro la integridad del investigador. Como las vivencias que relata Michael Nichols.
Otro ejemplo de esto, es la búsqueda del fotógrafo Jim Stanfield, experto en capturar expresiones y personajes para reconstruir épocas pasadas. Rostros que se prestan para la reconstrucción documental de hallazgos milenarios. Nuevamente un gesto, una expresión difícil de ubicar en el escenario, pero posible de registrar para un reportero con un excelente rapport
Con sus ventajas e inconvenientes, la observación no deja de ser un método válido para las coberturas informativas, aunque en el actual contexto informativo, convendría moderar el lado de espectacularidad en beneficio del rigor para incrementar la generación de valor.
(Texto reeditado por quinta vez el 22 de febrero de 2020. Debido a un bloqueo de la página. También se editó por cuarta vez el 18 de Junio de 2019, previamente he editado el texto también el 25 de enero de 2018, la segunda versión, el 22 de abril de 2016. La tercera y cuarta vez gracias a la curiosidad y el buen ojo del estudiante Francisco Manuel García Matas.)
(Texto reeditado por quinta vez el 22 de febrero de 2020. Debido a un bloqueo de la página. También se editó por cuarta vez el 18 de Junio de 2019, previamente he editado el texto también el 25 de enero de 2018, la segunda versión, el 22 de abril de 2016. La tercera y cuarta vez gracias a la curiosidad y el buen ojo del estudiante Francisco Manuel García Matas.)
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