miércoles, enero 14, 2015

Charlie Hebdo, una reflexión sobre el periodismo

Sería mejor que no hubiera ocurrido, pero la intolerancia acérrima ciega y nubla el entendimento. Desde  la academia,  tenemos mucho que reflexionar y aprender. 

Charlie Hebdo, está nuevamente en las calles, diciendo no al amedrentamiento, y al miedo, sí   a la libertad de expresión de las ideas, a la independencia  periodística, a la pluralidad de opiniones,  a la vida, a la tolerancia y a  la paz.  

Su primer número, después del atentado, es un  extraordinario documento histórico.  Es una edición parisina,  de  difusión global. Se han tirado tres  millones de ejemplares, con 8 páginas, en 16 idiomas, que ya están agotados. Es destacable el pensamiento de la redacción,   manifiesto por el caricaturista Luz en la portada de hoy Tout est pardonné, y la importancia del lápiz  que siempre estará encima de la barbarie, en la web. 

El Je suis Charlie, identificativo del hebdomadario,  se tornó en Nous somnes Charlie, alusivo al apoyo de  la sociedad y al también Je suis Ahmed , relacionado con el policía francés y musulmán que murió  defendiendo  el ataque al semanario. 

Son opiniones diversas, que hablan de la pluralidad de ideas, de la diversidad de discursos en la sociedad que deben ser escuchados.  Tanto Oriente,  como Occidente  defienden su cultura y tienen derecho a expresarse.

Debemos identificar el género de la publicación.  Charlie Hebdo es una revista satírica, de humor, su espíritu es la crítica, su estilo es burlesco,  y hasta  irreverente; porque además busca generar controversia y reflexión  sobre los diversos temas, sobre los que  podemos estar o no de acuerdo.  

Nadie puede  dudar del derecho a publicar de una revista satírica como Charlie Hebdo. Las  ideas, se exponen, se dialogan,  se debaten, contraponen, rebaten, pero no se acallan violentamente.

El periodismo es una profesión  arriesgada  y requiere de valentía de los periodistas en la defensa y la difusión de sus ideas. La siguiente frase del Director de Charlie Hebdo la refrenda: “Si empezamos a pensar en el contexto, en la posibilidad de que unos descerebrados te maten porque cuentas cosas que no les gustan, entonces nunca podrás contar nada" (Charb, en una entrevista de 2012).

Y con Carlos Soria, nos atrevemos a sumar   una dosis de prudencia   en la agenda  informativa. Con el sabor conflictivo  que tiene, es bueno definirla: “La prudencia es equilibrio, espera, oportunidad, ponderación de las circunstancias, medios y alternativas en juego, previsión de las consecuencias, fortaleza y flexibilidad, realismo y la prudencia es también magnanimidad , sinceridad y honradez, ira buena ,el riesgo medido y la actuación contracorriente, la esperanza”.

Son solo algunas ideas,  tenemos mucho que aprender. 

1 comentario:

Miguel García dijo...

Hola Rosa, qué curioso, esta misma mañana he publicado en mi blog una entrada, bajo el título "Pensamiento" en la que precisamente me manifiesto en el sentido de que "Je ne suis pas Charlie".
Un beso y un abrazo,