Su uso está revolucionando la distribución editorial y gracias al alcance que tiene internet, el mercado mundial del libro. El aumento de la demanda de los libros digitales en el 2010 ha puesto en la mesa las estrategias de los gigantes de la informática, americanos y asiáticos, para entrar al sector del libro hasta ahora dominado por Europa.
En 2010 las búsquedas mensuales en Google sobre “Kindle” es de 6.120.000, sobre “Google Books” 1.830.000, sobre “descargar libros” 673.000, sobre “ebook reader” 1.000.000 y sobre “Sony Reader” 1.220.000. Todas duplican las cifras del semestre anterior excepto “Kindle” que las triplica y “descargar libros” que no aumenta. En el 2009 duplicó el número de esas consultas realizadas en el 2008 que a su vez duplicó las del año anterior.
El aumento de la demanda de ebooks impulsa la industria de los nuevos aparatos lectores electrónicos o e-readers que al permitir la compra online crean un sistema variado entre el autor y el lector. Interesa entonces conocer las características de los dueños de estos dispositivos móviles , así como sus hábitos en el consumo de medios de comunicación.
Nielsen ha estudiado el perfil de los usuarios de los distintos dispositivos portátiles: la gran mayoría de los propietarios del iPad son menores de 35 años, mientras que los de Kindle tienden a tener mayores niveles de educación y poseen más dinero.
Por otro lado una encuesta independiente de 1.816 adultos de los EE.UU realizada por el Grupo Harrison, arrojó que los consumidores que poseen computadoras (incluyendo el IPAD) o lectores electrónicos gastan 50% más tiempo leyendo revistas, en promedio, que las personas que no poseen tal dispositivo.
Otro aporte de estos nuevos datos de los propietarios de e-reader es que las personas que poseen un IPAD son también más propensas a ser receptivas a la publicidad. El 35% dicen que "disfrutan viendo los anuncios" en sus iPads y el 57% dice que no les importa la publicidad, si eso significa obtener el contenido de forma gratuita.
Con estos datos, las empresas editoras de libros electrónicos como las productoras de los dispositivos para su lectura, así como las empresas de publicidad, pueden concatenar sus estrategias para irrumpir en este mercado que tiene la más importante aprobación: la de los ciudadanos.
Por Karla Merino , alumna de Mercados de la comunicación
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