martes, octubre 16, 2012

Juan Pablo II y su legado al periodismo


Exposición  Homenaje en Roma (2011)
Hoy recordamos  los veintiséis años de pontificado  del Beato Juan Pablo II, quien  el 16 de octubre de 1978, a la edad de cincuenta y ocho años, fue elegido Pontífice. El papado más largo del siglo, caracterizado por su sentido pastoral.

La tarea de los periodistas es uno de los temas a los que dedicó parte de su magisterio. Karol Wojtila  promovió documentos como “La Ética en la publicidad” (1997), “Ética en las Comunicaciones Sociales” (2000) y “Ética en Internet”  (2002).  El discurso con el que concluyó el Jubileo de los Periodistas, es  muy ilustrativo para la coyuntura que viven los medios peruanos.

El Papa  reconocía  que  el periodismo estaba  en  tiempo de profundos cambios, por la proliferación de las nuevas tecnologías,  que afecta a todos los ámbitos  e involucra a todo ser humano y  alertaba a los periodistas en torno a la globalización, que ha aumentado la capacidad de los medios de comunicación social pero al mismo tiempo los ha expuesto aún más a las presiones ideológicas y comerciales.

Consideraba  que los periodistas estamos llamados a poner nuestra profesionalidad al servicio del bien moral  y espiritual de los individuos y de la comunidad humana. Debe experimentarse como una tarea  en cierto sentido “sagrada”, “ejercida con la conciencia  de que se os confían los poderosos  medios de comunicación   para el bien de todos; en particular para el bien de las capas más débiles de la sociedad: de los niños, los pobres, de los enfermos, de las personas marginadas y discriminadas”.

Puso énfasis en que no se puede escribir o emitir sólo en función  del índice de audiencia, a despecho de servicios verdaderamente informativos. Ni tampoco se puede recurrir al derecho indiscriminado de información, sin tener en cuenta los demás derechos de la persona. 

No hay libertad, incluida la libertad de expresión, que sea absoluta: en efecto ésta está limitada  por el deber de respetar la dignidad y la libertad legítima de los demás. No hay nada, por más fascinante que sea, que pueda escribirse, realizarse o emitirse con perjuicio de la verdad. Y no sólo me refiero a la  verdad de los hechos reportados, sino también a la verdad del hombre, a la dignidad de la persona humana en todas sus dimensiones.

Tiene vigencia su invitación a los periodistas  para que nos comprometamos a servir a la persona humana  a través de la edificación de una sociedad  fundada en la solidaridad, la justicia y el amor, a través de la comunicación de la verdad sobre la vida humana y su plenitud final en Dios.  Nos pueden servir de pauta  en el ejercicio diario del periodismo y no sólo para los creyentes sino también  para los que no lo son, ya que ningún periodista, independientemente de su credo, tiene derecho a rechazar  el respeto de la verdad, a la dignidad humana  y la libertad.  

Se puede profundizar el tema en el libro "Introducción a la Comunicación Institucional de la Iglesia",     editado este año por Teresa la Porte.
Rosa Zeta

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