Por. Lyudmyla Yezers'ka
El entorno de internet ofrece al lector la plena libertad de escoger la forma de organizar la lectura. Es conveniente que el autor de los contenidos digitales conozca las tendencias y las modalidades del comportamiento del usuario para disponer esa información de la manera más adecuada y de este modo facilitar la lectura y la comprensión.
El tema de comportamiento de lector, y esencialmente en internet, está siendo objeto de reflexión por parte de varios investigadores que mediante distintas pruebas trataron de aclarar la forma de navegar y consumir la información digital. Al analizar las conclusiones de los principales estudios publicados en fuentes impresas y digitales , Guillermo Franco, en su libro “Cómo escribir para la web” (2008)propone una síntesis que confirma la hipótesis principal del periodista colombiano: “hay que estructurar los textos para el ambiente digital…, teniendo en mente el comportamiento y las metas del usuario”.
En líneas generales, los estudios mencionados han demostrado que el conocimiento de la actitud del lector de la web ayuda a los periodistas componer mejor sus historias, aprovechar adecuadamente las potencialidades específicas del entorno digital y advertir los puntos de interés visual para facilitar el uso del medio. La comunicación a través de los medios y la recepción de la información por parte de la audiencia conforma dos procesos estrechamente interrelacionados. Por tanto, para que la transmisión de la información a través de internet sea efectiva, es necesario que los sitios web de los medios sean elaborados con la mayor eficacia comunicativa y visual posible.
Entre los principales hallazgos se puede destacar que en los medios digitales el texto juega un rol primordial y constituye el punto de entrada a la página web, mientras que en los periódicos tradicionales son las fotos que atraen más. No obstante, en la mayoría de los casos se ha confirmado que la lectura en la pantalla es superficial, comienza de la esquina superior izquierda y que los titulares relativamente cortos son los que llaman más la atención del usuario. En cuanto a modos de lectura, los contenidos web deben contemplar los dos aspectos dominantes del acceso a la información: búsqueda y consumo.
Con el fin de definir la calidad de los textos en el ambiente de la red, es preciso mencionar el concepto de “usabilidad” que para Franco se asocia con la “facilidad de uso”. Según las conclusiones de un estudio realizado por Jacob Nielsen , la forma de presentación de los textos en la web influye mucho en la comprensión y la aceptación de los contenidos.
Son los tres aspectos principales que, por lo visto, determinan la funcionalidad de la información: el lenguaje objetivo, los textos concisos y el diseño escaneable (Franco, 2008).
Si la lectura en la pantalla de un computador es superficial y los usuarios rehúyen a los textos largos, el periodista debería estructurar la noticia de tal manera que en poco tiempo se transmita el mensaje principal. Para eso se aconseja usar la técnica de la pirámide invertida.
Considerando que los bloques de texto largos no invitan a la lectura, es conveniente romper la uniformidad: diferenciación por color (negrilla, enlaces), utilización de intertítulos que identifiquen bloques temáticos, enumeraciones, etc.
Para facilitar un escaneo rápido de la información hay que tratar de reorganizar la frase (especialmente en títulos, intertítulos, enumeraciones) de tal forma que los elementos más portadores de información queden recargados a mano izquierda, con recursos como los 2 puntos, la voz pasiva, etc.
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