Un reciente desayuno con periodistas regionales ha denunciado tres problemas con los que se podrían enfrentar los reporteros piuranos para las coberturas electorales que se avecinan:
1. Contradicciones en el discurso político, originadas por los pleitos internos en los partidos. Esto da lugar muchas veces a dichos y entredichos entre los mismos miembros. Sería muy positivo que las planchas presidenciales y municipales opten por alguna medida disciplinaria que sea tan disuasiva al punto que impida dobles discursos. Por ejemplo, el día de ayer vimos en el programa periodístico Cuarto Poder, cómo algunos alcaldes empiezan a hacer uso indebido de recursos ediles para apoyar la campaña presidencial. Lo que no se sabía era si esto fue hecho con la venia de los líderes y sus respectivas planchas. Quiero creer que no.
2. Los medios de comunicación no terminan de ejercer como traductores de la política nacional y regional. Es decir, que estos medios todavía no se reconocen como proyectos políticos, no partidarios, encargados de acercar la política al uso cotidiano del común de los pobladores de la región. Quizá el mayor inconveniente del poblador de a pie sea que la gente no entiende la
política ni sabe cómo funciona y por ello utiliza otro tipo de parámetros para medir su efectividad. Los Media deberían ser en este caso los principales traductores del tema, pero no lo son.
3. Debería existir alguna línea telefónica de denuncia para los periodistas que pidan o acepten cualquier tipo de pago, por parte de alguna de las facciones que se presenten a la actual contienda electoral. La libertad de prensa no puede ser sólo propositiva, sino también punitiva, para evitar cualquier tipo de flaca moral o tentación jugosa en los profesionales de la información. IPYS debería actuar en consecuencia o cualquiera de las instituciones que aglutinan al gremio periodístico en el Perú. Tal vez la mayor sansión de este tipo de faltas sea mermar la credibilidad del profesional corrupto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario