Los avatares digitales no son nuevos, ya hace varios años
que fueron introducidos al mundo de la tecnología mediante los videojuegos y
mucho antes en ilustraciones fuera de la red. Siempre han tenido gran
aceptación, debido a que en su mayoría lo que buscan es recrear una versión
animada de las personas.
La idea de combinar el mundo real con el mundo
virtual fue materializada mayormente por las compañías de videojuegos e
incluso por las empresas cinematográficas a través de historias hasta el día de
hoy, sin embargo, en los últimos años los avatares han comenzado a cruzar más
fronteras, extendiendo su alcance hacia el mundo del deporte,
redes sociales, música y hasta organizaciones mundiales como la de la Organización
Mundial de la Salud.
Esta
tendencia que venía creciendo de manera moderada ha dado un salto bastante
significativo ante la reciente pandemia que obligo a muchas empresas y
negocios a buscar a sus clientes mediante canales digitales como nunca lo
habían hecho. Antes existían diversas maneras de brindarle al consumidor
experiencias que acompañaran el producto o servicio que se ofreciera, incluso
hay industrias que vendían esas experiencias directamente (los conciertos y
eventos en vivo, por ejemplo) y que en esta nueva realidad no encontraban como
ofrecer aquel diferencial al cliente.
Los avatares se convirtieron en una buena solución para que
las empresas puedan crear un nuevo “mundo” y una nueva “realidad” a través de
medios y canales digitales. Entre los casos más recientes, resaltantes e
innovadores, nos encontramos con los conciertos virtuales que han brindado
cantantes como Jhon
Legend y The Weeknd,
mejor dicho, sus avatares.
Esta nueva forma de brindar a una experiencia única al
usuario ya está empezando a ser usado para fines publicitarios y promete seguir
en aumento.
Por Diego Aranda Castro, alumno
de Mercados de la Comunicación
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