Google, la página web más popular del mundo y el motor de búsqueda más
utilizado a nivel mundial, se ha caracterizado por ofrecer gratis su sistema
operativo móvil Android. Su finalidad, según
informa el New York Times, es estar disponible en tantos dispositivos como
sea posible, recopilar los datos sobre los usuarios y por supuesto, vender
publicidad.
Sin embargo, el pasado martes, la multinacional tomó la decisión de
cobrar a los fabricantes de teléfonos para instalar sus aplicaciones en los
dispositivos con sistema Android en la Unión Europea. Esta decisión es
consecuencia de la ley antimonopolio que se ha establecido en Europa.
En julio, Google fue multada por 4,34 billones de euros. Dicha multa se
generó por usar el dominio del mercado de su software móvil para obstaculizar a
los rivales en áreas como la búsqueda en Internet. Los fabricantes manifestaron
que generaba mucha dificultad al momento de crear dispositivos pues estos son
muy dependientes de las aplicaciones de Google.
El efecto de la decisión de Google está aún por verse pero por el
momento ha establecido que vendería licencias en paquetes para las empresas que
deseen y que ofrecería incentivos financieros a los que continúen usando su
servidor.
Las compañías ahora tendrán más libertad para ofrecer servicios
alternativos sin enfrentar las consecuencias de Google. El nuevo acuerdo es una
señal de que las compañías de tecnología están ajustando sus prácticas
comerciales en Europa. Además, abre las puertas a los rivales del navegador,
como Microsoft Corp.
Google no quiere decir cuál será el impacto financiero, pero aclaró que
las tasas de licencia son necesarias para compensar las pérdidas de ingresos
por publicidad.
Finalmente, Google aún está apelando la decisión de la Comisión Europea,
por lo que los cambios pueden no ser permanentes.
Rosita Montalvo, alumna de Mercados de la Comunicación
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