Un nuevo programa se lanzará en diciembre por Netflix: Immortal Souls. Y Jang Young-woo, el director, espera que se convierta en el más reciente fenómeno surcoreano en cautivar a un público internacional.
Y es que, como sabemos, Corea del Sur
llevaba bastante tiempo lamentando su falta de exportaciones culturales
innovadoras por lo que su reputación estaba definida por autos y
celulares. Mientras que, por otro
lado, su contenido era consumido por una audiencia regional.
Hasta que Netflix derribó las barreras geográficas, el
país pasó de ser un consumidor de cultura occidental a un gigante del
entretenimiento, pero sobre todo, un gran exportador cultural.
Prueba de esto, existen una lista de grandes
éxitos a nivel cultural por parte de Corea del Sur, por ejemplo Netflix
ha presentado 80 películas y programas de televisión coreanos en los últimos
años, y donde tres de sus diez series más populares son de Corea del Sur.
Los creadores desarrollaron una gran
capacidad para conocer lo que la gente quería ver y escuchar, y la temática que
resaltaba era el cambio social. Es por ello, que la mayoría de las películas nacionales más exitosas
relatan historias con tramas que le hablan a la gente común,
como la desigualdad de ingresos, y el conflicto
de clases que genera. En general, el cine surcoreano se
caracteriza por estar muy arraigado a lo que pasa en su país y en
la crítica a su sociedad.
Finalmente, Jang, el director de Inmortal
Souls, afirma que lo que se vende en Corea del Sur se vende a nivel mundial, demostrando que gracias a estas pantallas de distribución se
puede marcar una diferencia no solo a niveles de audiencia sino hasta el
impacto cultural de todo un país.
Valeria E. Velasquez Berru,
alumna de Mercados de la Comunicación
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